El Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) celebra este 4 de mayo cinco décadas de labor social desde su creación en 1971, cuando la democracia costarricense hizo una apuesta a la protección social desde un Estado Social de Derecho, que proponía colocar a las personas en el centro.

Fue así como este pacto social -consolidado en la Ley de Creación del IMAS- ha escrito y sigue escribiendo la historia, mediante diversas estrategias para transformar la vida de las familias en condición de pobreza.

“En el aniversario 50, el IMAS fortalece su gestión y atención integral desde la intersectorialidad y la corresponsabilidad social, donde el personal de la institución es el motor de una oferta institucional en cada rincón del país, que se adapta a las necesidades de una sociedad más inclusiva para transformar la vida de personas, familias o colectivos”, comentó el ministro de Desarrollo Humano e Inclusión Social y presidente ejecutivo del IMAS, Juan Luis Bermúdez.

 “Desde su enfoque de alianzas públicas y privadas centradas en el ser humano, el IMAS sigue escribiendo la historia de la gestión social de Costa Rica, que no es otra que la del cuidado mutuo, impulsando oportunidades para cerrar las brechas de desigualdad desde el territorio, adaptando la oferta programática a los nuevos tiempos, a los nuevos sistemas que nos conectan con las personas de forma eficiente y así, llegar con transparencia a quienes más lo necesitan”, precisó.

"Al cumplir 50 años de vida institucional, en medio de una atención permanente de la afectación de una pandemia, pero sabiendo que este país puede derrotar a la pobreza extrema, desde el IMAS, renovamos nuestras fuerzas y el compromiso de lucha sostenida y hombro a hombro con todas las instituciones públicas, con las del sector privado y de todos los actores sociales, por reivindicar los derechos y la dignidad humana, sin distinción alguna ni olvido de nadie, en la ruta de nuestra historia común", concluyó el jerarca.

Cifra histórica de atención. Gracias a la política nacional de precisión y del perfeccionamiento de los sistemas de información como el Sistema Nacional de Información y Registro Único de Beneficiarios del Estado (SINIRUBE), que se ha puesto en marcha desde hace 7 años, es que se puede ubicar y atender de manera integral los hogares y personas que se encuentran en condición de pobreza.

Solo en el 2020 el IMAS atendió a 365 mil familias, una cifra de cobertura histórica que ha capitalizado aprendizajes y ha renovado la intervención integral como herramienta para luchar contra la exclusión, el desempleo, la violencia, la vulnerabilidad y por ende contra la desesperanza.

Paralelamente, mediante un único sistema de transferencias monetarias condicionadas se garantiza la permanencia en el proceso educativo a casi 400 mil estudiantes.

Atención integral y proactiva. La Estrategia Puente al Desarrollo ha cambiado la lógica asistencia y de ventanilla de los programas sociales para salir a buscar en los barrios y comunidades a las más de 76 mil familias con las que se ha construido un plan de vida basado en capacidades.

Por su parte, en el marco de Puente al Desarrollo, las primeras madres gestantes y con niños recién nacidos, conocidos como generación del Bicentenario, avanzan en una atención integral desde la iniciativa Niñez, Desarrollo y Oportunidades (NiDO).

Los principios de atención integral, búsqueda activa y uso de los sistemas de información social ha trascendido para impactar la multidimesionalidad de la pobreza con otros sectores. Puente Agro, Puente a la Comunidad, Puente a la Prevención, y Puente al Trabajo son hoy rutas de trabajo intersectorial que han revolucionado la política social del país.

El abordaje de los cuidados, necesarios para una reactivación con inclusión de las mujeres, se ha fortalecido con la Red de Cuidado y Desarrollo Infantil y más recientemente, con la emisión de la Política Nacional de Cuidados 2021-2031 que busca soluciones integrales bajo el principio de corresponsabilidad social de estas tareas.

En este 2021, se han presupuestado más de ¢1 800 millones para proyectos que transforman comunidades y organizaciones en historias de superación asociativa basadas en la generación autónoma de ingresos para las familias.

“Son 50 años de sostener en alto la bandera de inclusión social y el desarrollo humano participativo y plural, y por ello se reitera la misión de velar para que nadie quede fuera de la promesa de bienestar de nuestra familia común, Costa Rica”, concluyó el ministro Bermúdez.